martes, 22 de abril de 2008

Desde el inicio del proyecto Transantiago en el 2007, no ha dejado de ser el plan más criticado bajo el gobierno de Michelle Bachelet pues, el transporte demandó hábitos y conductas a los santiaguinos a los cuales aún no estaban preparados. Dentro de los cambios impuestos por el proyecto se incluían drásticos cambios en los recorridos, los que se tradujeron en una falta de información masiva, ya que las personas que utilizaron desde un comienza el nuevo sistema público se informaron en último momento de la modificación de un pago en dinero en efectivo a un traspaso ala carga de una tarjeta “BIP” , propuestas de mejoramiento y desarrollo del trasporte que a poco andar han ido lentamente mejorando, ya que a las pocas máquinas que dieron un inicio dieron la partida , y que notablemente no eran suficientes para la región , por ello el aumento del número de ellas.

El problema, sin embargo, no sólo se vio reflejado en los buses, sino que también repercutió en el metro, ya que paso de ser el más limpio, rápido y cómodo, a ser totalmente incomodo, ya que en el viaje se va hombro a hombro con la gente que se desplaza con notorio efecto a horas puntas.

Este quiebre también se reflejo a sistema gubernamental en un reemplazo del ex Ministro de Trasportes, Sergio Espejo, por el ahora actual René Cortazar que no ha estado exento de problemáticas , inconvenientes y explicaciones . De las que destaca las dos inyecciones monetarias que se han implementado a Transantiago por las irregularidades del medio.

Aún existen problemáticas, en menor grado ciertamente, pero la gente sigue en constante enfrenamiento con por mejorar sus situaciones ya que siguen varios de sus descontentos con el sistema a lo que el gobierno trata de responder y mejorar.