Danza y expresión
“En Chile no se concretan los sueños”
La realidad nacional no otorga los espacios a nuestra juventud que hambrienta de dar origen a las diversas expresiones artísticas, los obliga a separarse de sus familias y seguir sus sueños lejos del país por no contar con los sitios para desarrollarlas.
Los estudiantes de danza y ex integrantes del programa Mekano, Andrea Sarmiento y Cristian Aguilera, de 18 y 20 años respectivamente, tienen claro que su sueño de ser bailarines tendrá que ser llevado a cabo lejos de Chile y en un país más desarrollado, siendo en éste momento su proyección, Estados Unidos.
El prestigio que tiene la cuidad de Nueva York en esta actividad los ha incentivado a comenzar desde ya, a ir preparándose para la rigurosa exigencia que se les solicita en “Baile Hispano”, academia de gran prestigio en la cuidad y a la que desean pertenecer, si bien cuentan con las ganas, saben que ésta pide una serie de requisitos para ingresar.
Cristian y Andrea saben que la meta es alta, ya que deben poseer una serie de requerimientos previos, es por esto que hace un mes llegaron a la academia de “Rodrigo Díaz”, con la idea principal de aprender técnicas para seguir perfeccionándose en la actividad.

Ambos realizan una fuerte crítica a las institutos de artes en Chile, ya que en estos se comienza a impartir la enseñanza de las actividades, cuando ya se tiene un grado de madurez; en cambio, ejemplifican con Argentina, inician sus desempeños a una corta edad, logrando una mayor perfección en cada área, no así en el país, donde son casi vetadas y despreciadas respecto a otros oficios.
Los estudiantes de danza recuerdan con cariño el programa que los vio nacer, Mekano, que a través de un casting realizado el 2006 les brindó la oportunidad de descubrir sus verdaderas vocaciones y enfrenar de distinta manera sus vidas ya que les permitió analizar que no es una carrera común la que desean seguir.
Comentan que al entrar al formato televisivo del reality “La akademia” estaban destinados a la actuación, pero una vez dentro y gracias a su profesor de danza, Jaime Naum, al que admiran y señalan como modelo a seguir, lentamente iniciaron su amor hacia la danza y el mundo que la envuelve.
“En Chile no se concretan los sueños”
La realidad nacional no otorga los espacios a nuestra juventud que hambrienta de dar origen a las diversas expresiones artísticas, los obliga a separarse de sus familias y seguir sus sueños lejos del país por no contar con los sitios para desarrollarlas.
El prestigio que tiene la cuidad de Nueva York en esta actividad los ha incentivado a comenzar desde ya, a ir preparándose para la rigurosa exigencia que se les solicita en “Baile Hispano”, academia de gran prestigio en la cuidad y a la que desean pertenecer, si bien cuentan con las ganas, saben que ésta pide una serie de requisitos para ingresar.
Cristian y Andrea saben que la meta es alta, ya que deben poseer una serie de requerimientos previos, es por esto que hace un mes llegaron a la academia de “Rodrigo Díaz”, con la idea principal de aprender técnicas para seguir perfeccionándose en la actividad.
Ambos realizan una fuerte crítica a las institutos de artes en Chile, ya que en estos se comienza a impartir la enseñanza de las actividades, cuando ya se tiene un grado de madurez; en cambio, ejemplifican con Argentina, inician sus desempeños a una corta edad, logrando una mayor perfección en cada área, no así en el país, donde son casi vetadas y despreciadas respecto a otros oficios.
Los estudiantes de danza recuerdan con cariño el programa que los vio nacer, Mekano, que a través de un casting realizado el 2006 les brindó la oportunidad de descubrir sus verdaderas vocaciones y enfrenar de distinta manera sus vidas ya que les permitió analizar que no es una carrera común la que desean seguir.
Comentan que al entrar al formato televisivo del reality “La akademia” estaban destinados a la actuación, pero una vez dentro y gracias a su profesor de danza, Jaime Naum, al que admiran y señalan como modelo a seguir, lentamente iniciaron su amor hacia la danza y el mundo que la envuelve.
Por Amanda Soto